Día de caminata a tope, salimos de mañana por
Gran Vía hasta
Plaza España.







Luego cruzamos hacia el
Palacio Real



Nos entretuvimos un rato en la animada y linda
Plaza de Oriente, disfrutando de la mañana de sol, los músicos de jazz y las fuentes.





Entramos un rato al patio del
Palacio Real y a la
Catedral de la Almudena
Tomamos la
Calle Mayor, pasamos por algunas plazas y calles lindantes hasta la
Plaza MayorPlaza de la Provincia, Fuente de Orfeo
Plaza de la Villa
Plaza Mayor


Nos comimos una paellita en las afueras de la Plaza y caminamos luego hasta
Arco de Cuchilleros y la
Plaza de Puerta Cerrada. Es muy linda
toda esta zona.


Seguimos hasta la plaza
Tirso de Molina y nos metimos en el barrio
Lavapiés. Con un poquito de inquietud, ya que desapareció de pronto todo rastro de turistas y en cambio mucha presencia de inmigrantes. Otra vez los prejuicios, pero qué vamos a hacer, existen y somos víctimas de ellos, es mejor reconocerlo y tratar de combatirlos.
Lavapiés es el barrio más multicultural de Madrid, también la antigua judería y hay muchos bares interesantes, lugares de tapeo que hay que saber dónde quedan y que algún local te lleve, para evitar problemas. Caminamos un poco más rápido que de costumbre y salimos a la
Plaza Lavapiés. A cambio de no poder dominar los prejuicios no sacamos ni una foto. Así seguimos, rapidito hasta el
Museo Reina Sofia y cruzamos hacia
Atocha. Allí nos agarró una manifestación del campo, ¡será de dios! ¿acá también? Después dicen que somos unos perseguidos.
Estación de Atocha


Desde allí volvimos por
Paseo del Prado hasta
Recoletos. Pasamos frente al
Museo del Prado, lo miramos un poco de paso, ya que no había intenciones ni tiempo para entrar y seguimos camino ya bastante agotados, un poco por el paso rápido de
Lavapiés y la manifestación campera. Yo no daba más, de golpe me bajó todo el cansancio del viaje y mis pies se negaron a seguir, así que nos sentamos un rato largo en un banco en
Recoletos a mirar la gente y a un montón de cieguitos que caminaban con unos bastones con una punta redonda que nunca habíamos visto, nos preguntamos si no serían unos nuevos que parece que son
electrónicos, porque se desviaban justo antes de toparse con los objetos pero sin llegar a tocarlos. No diré que esperábamos que se cayeran a alguna de las fuentes, pero era raro ver como esquivaban el borde de la piscina y seguían tan tranquilos.

Cuando nos repusimos –cuando me repuse- entramos al barrio de
Chueca, un lugar de moda en la
Madrid nocturna, barrio gay, lleno de bares, restaurantes, negocios de ropa y discotecas. Mucho ambiente, gente linda, vestida a la moda, para ver y que te vean.